Comienza nuestro camino del Sínodo. Todos estamos llamados a caminarlo.

Queridas familias: Como ya os hemos ido informando, estamos inmersos en el año de la sinodalidad, lo que Dios espera de nuestra iglesia. Por este motivo, es muy importante que tanto adultos, como jóvenes y niños entiendan su importancia. Poco a poco, nuestra parroquia irá dando pequeñas pinceladas para que vayamos conociendo qué es y cómo afecta a los cristianos.


Sería bueno que pudierais leer con calma este Post, ya que nos da una visión muy amplia de lo que estamos hablando. Todos nosotros, "laicos, ministros De la Iglesia, catequistas, etc." debemos conocer y entender este proceso. Al final del post, hay una oración que seguro la oiremos muchas veces. El camino solo acaba de empezar...

El Pueblo de Dios es convocado en Sínodo

El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a vivir la sinodalidad, un tema decisivo para su ser y su misión, porque “precisamente, el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Papa Francisco).

El objetivo de este tiempo es que la Iglesia pueda aprender, a partir de este camino sinodal, qué procesos le pueden ayudar a vivir la comunión, realizar la participación y abrirse a la misión. El “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero.

Objetivo del proceso sinodal

La misión de la Iglesia requiere que todo el Pueblo de Dios esté en camino, con cada miembro desempeñando su rol crucial, unidos unos a otros. Una Iglesia sinodal camina en comunión para perseguir una misión común, a través de la participación de todos y cada uno de sus miembros.

En este sentido, el objetivo del actual Sínodo es escuchar, como todo el Pueblo de Dios, lo que el Espíritu Santo dice a la Iglesia. Lo hacemos escuchando juntos la Palabra de Dios en la Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia, y luego escuchándonos unos a otros, y especialmente a los que están en los márgenes, discerniendo los signos de los tiempos. De hecho, todo el Proceso Sinodal pretende promover una experiencia vivida de discernimiento, participación y corresponsabilidad, en la que se reúne una diversidad de dones para la misión de la Iglesia en el mundo.

Ten en cuenta: ¿Qué no es?

La finalidad de este Sínodo no es producir más documentos. No se nos pide responder a un cuestionario sin más.

No es sólo una serie de ejercicios que empiezan y terminan, sino un camino de crecimiento auténtico hacia la comunión y la misión
No es un proceso democrático o ideológico para ver quién manda más o para organizar estructuras artificialmente.

Palabras clave para el proceso sinodal

El tema del Sínodo es “Por una Iglesia sinodal: comuniónparticipación misión”. Estas tres dimensiones son los pilares vitales de una Iglesia sinodal.

Ten en cuenta:
Escuchar la Palabra, vivir en verdadera comunión, en escucha y

diálogo a la luz del Espíritu Santo, participar activa y constructivamente, y anunciar del Evangelio a todos sin excepción nos exige una verdadera conversión personal y comunitaria. Sin conversión no hay caminar juntos.

La pregunta fundamental del Sínodo

Este Sínodo plantea la siguiente pregunta fundamental: ¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?

Al responder a esta pregunta, se nos invita a:

- Recordar nuestras experiencias: ¿Qué experiencias de nuestra Iglesia local nos recuerda esta pregunta?

-Volver a leer estas experiencias con mayor profundidad: ¿Qué alegrías han aportado? ¿Cuáles son las dificultades y los obstáculos encontrados? ¿Qué heridas han revelado? ¿Cuáles son los conocimientos que han suscitado?

- Recoger los frutos para compartirlos: ¿En qué parte de estas experiencias resuena la voz del Espíritu Santo? ¿Qué nos pide el Espíritu? ¿Cuáles son los puntos a confirmar, las perspectivas de cambio, los pasos a dar? ¿Dónde registramos un consenso? ¿Cuáles son los caminos que se abren para nuestra Iglesia local?

Ten en cuenta:

En el vademécum vienen hasta 100 preguntas para responder, pero no olvides que no se trata de responder un cuestionario para un diálogo artificial. Por eso puedes proponer otras preguntas para ese diálogo (teniendo en cuenta la pregunta fundamental del Sínodo).

Sugerencias organizativas

Este itinerario de reflexión, celebración y encuentro lo podemos

hacer de diversas maneras, adecuadas a la realidad en que nos reunamos.

  1. Escucha de la Palabra y Lectio divina.

  2. Celebración de la Eucaristía, diálogo y ágape festivo.

  3. Reflexión de los cuestionarios y trabajo comunitario en el arciprestazgo, parroquia, grupo...

  4. Reflexión junto a otras realidades eclesiales

  5. Peregrinación (caminar, reflexionar, celebrar juntos...)

  6. Visitas a residencia de personas de la tercera edad, personas encarceladas, alejados que se acercan a Cáritas

  7. Invitar a este diálogo o a una celebración festiva a los que se acercan ocasionalmente a la parroquia, (padres de la iniciación cristiana, familiares alejados)

  8. Favorecer que se haga visible que la parroquia es "familia de familias" acogiendo especialmente a niños y ancianos.

  9. Organizar algún diálogo con personas que habitualmente no participan de la vida de la Iglesia (Asociaciones de vecinos, ayuntamientos, hermanos de otras confesiones etc.)

  10. Organizar actos para hacer visible la voz de bautizados muchas veces ignorados (personas con diferentes capacidades, migrantes, presos, personas de la tercera edad, gente que está en la calle)


Oración para el Sínodo

Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero:
ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones. Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta. Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras. No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos. Concédenos el don del discernimiento,
para que no dejemos que nuestras acciones
se guíen por prejuicios y falsas consideraciones. Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos
del camino de la verdad y la justicia,
sino que en nuestro peregrinaje terrenal
nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar,
en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.


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