Sábado Santo 2020
Mañana será Sábado Santo, nombre que algunas denominaciones cristianas dan al sábado de la semana del
primer plenilunio de primavera. Es el tercer día del Triduo Pascual, que
concluye con las primeras Vísperas del Domingo de Resurrección, culminando
así para los cristianos la Semana Santa. Tras conmemorar el día
anterior la muerte de Cristo en la Cruz, se espera el momento de la
Resurrección. Es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su
Descenso al Abismo. Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración
cristiana del año: la Vigilia Pascual.
Es un día de luto, pues se trata
de un día de silencio, no hay celebración eucarística. En la Iglesia
católica también se conmemora la Soledad de María después de
llevar al sepulcro a Cristo, quedando en compañía del Apóstol Juan. Pueden
ser expuestas en la Iglesia, a la veneración de los fieles, la imagen de Cristo
crucificado, o en el sepulcro, o descendiendo a los Infiernos, ya que ilustran
el misterio del Sábado Santo. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del
sacrificio de la Misa, al igual que el Viernes Santo.
La Sagrada Comunión puede darse
solamente como viático. No se conceda celebrar el Matrimonio, ni administrar
otros sacramentos, a excepción de la Penitencia y la Unción de los Enfermos. En
algunos lugares durante la noche de vigilia pascual, se realiza de forma
simbólica la bendición del fuego y el agua.
Hasta la reforma litúrgica de la
Semana Santa acometida por el papa Pío XII (encargada en 1955 a
Monseñor Annibal Bugnini) se llamaba a este día Sábado de Gloria,
pues la celebración de la Resurrección (la Vigilia Pascual) tenía lugar ya en
la mañana del sábado, debido a la norma del ayuno preparatorio a la Comunión sacramental
desde la medianoche precedente. Considerando que el Viernes Santo ya había sido
día de ayuno, era excesivo prolongarlo un día más casi completo. En 1951 Pío
XII permitió, mediante el decreto “Dominicae Resurrectionis” de 9 de
febrero (Vid. AAS 43 (1951), pp. 128-129), que la vigilia se realizase de
noche, lo que fue obligatorio tras el decreto “Maxima Redemptionis” de
16 de noviembre de 1955 (Vid. AAS 47 (1955), pp. 838-841).
Desde entonces dicha Vigilia se
celebra más razonablemente en horas de la noche, el Sábado Santo queda para los
católicos más como un día de espera, expectante por la gran celebración que
tendrá lugar unas horas más tarde. Esto se vio facilitado también por la
reforma al ayuno preparatorio a tres horas antes de comulgar. El Concilio
Vaticano II actualmente tiene fijado el ayuno en una hora antes de la
comunión.
Aunque en muchos lugares sigue
denominándose así por la costumbre, su uso es incorrecto. No obstante, dado
el status quo entre las iglesias cristianas respecto a las
celebraciones litúrgicas en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén,
como a la Iglesia católica le corresponden las horas de la mañana para
sus oficios, la Vigilia Pascual sigue realizándose el sábado por la mañana en
dicho lugar. Como no puede celebrarse ningún rito oficial durante el día, se
suelen predicar retiros espirituales, y en muchos lugares también los
sacerdotes durante el día atienden confesiones.
saludos,
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