Domingo de Ramos 2020
Querida Comunidad: El próximos domingo será "Domingo de Ramos", una celebración religiosa en la que se conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén, iniciando la Semana Santa.
De acuerdo con los Evangelios del Nuevo Testamento, Jesús
de Nazaret entró triunfalmente en Jerusalén en medio de una
multitud que lo aclamaba. Antes de entrar, Jesús se detuvo en Betania y Betfagé,
y el Evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Marta.
Ahí, se narra que Jesús envió a dos discípulos a la aldea cercana, con
órdenes de recuperar un burrito que había sido atado, pero nunca montado y dijo
"Si os preguntan, decid que el Señor necesita el burrito, y que les será
devuelto luego".
Los sinópticos y Juan establecen que Jesús supo que había
gente en el área, como Simón el Leproso, así que pudo haber argumentado
que la presencia del borrico había sido organizada por los discípulos de Jesús.
El Evangelio de Juan, no obstante, simplemente dice que Jesús encontró el borrico.
Juan y los Sinópticos establecen que Jesús entonces montó al borrico (o en
Mateo al borrico y a la burra, madre de este), dentro de Jerusalén. Los
sinópticos añaden que los discípulos pudieron poner sus capas en el animal,
haciéndolo así más confortable. Los Evangelios describen cómo Jesús entró a
Jerusalén y cómo la gente alfombraba su camino y también cómo dejaba a un lado
pequeñas ramas de árbol.
La gente también cantaba una parte del Libro de los
Salmos, específicamente los versículos 25-26 del capítulo 118. ...Bendito
es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de
Nuestro Padre [David]... El lugar de esta entrada no está especificado,
pero se supone que tuvo lugar en la Puerta Dorada, desde donde se creía
que el Mesías entraría a Jerusalén, otros estudiosos piensan que el lugar fue
hacia el sur, pues tenía entrada directa hacia él.
Curiosidades
"Domingo de Ramos" o
"Domingo de Pasión".
El primer nombre proviene del hecho que se conmemora la
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con hojas
de palma (Juan 12:13).El segundo nombre proviene del relato de la Pasión que se
lee en este domingo. Porque de no ser así no se leería en un domingo, ya que en
el próximo la lectura tratará sobre la Resurrección.
Según el documento del Vaticano “Carta circular sobre la
preparación y la celebración de las fiestas pascuales” (Carta de fiestas
pascuales) de 1988, el Domingo de Ramos “comprende a la vez el presagio del
triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión”. “La relación entre los dos
aspectos del misterio pascual se han de evidenciar en la celebración en la
catequesis del día”.
Procesión antes de la Misa.
La procesión puede tener lugar solo una vez, antes de la
Misa. “La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se
conmemora con una procesión, en la cual los cristianos celebran el
acontecimiento, imitando las aclamaciones y gestos, que hicieron los niños
hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso
‘Hossana’”, detalla la Carta de fiestas pascuales.
Portar palmas u otros tipos de plantas en la
procesión.
No es necesario utilizar hojas de palma en la procesión,
también se pueden utilizar otros tipos de plantas locales como el olivo, sauce,
abeto o de otros árboles. Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia:
“A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de
trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y
llevados en la procesión”.
Jesús reclama el derecho de los reyes en la entrada
triunfal a Jerusalén.
El Papa Emérito Benedicto XVI explica en su libro “Jesús de
Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección” que Jesucristo
reclamó el derecho de los reyes, conocido a lo largo de la antigüedad, de
demandar modos de transporte particulares. El uso de un animal (el burro) en el que nadie se había
sentado aún es un indicador más del derecho de la realeza. Jesús quería que su
camino y su accionar sean entendidos en términos de las promesas del Antiguo
Testamento cumplidas en su persona.
“Al mismo tiempo, a través de este anclaje del texto en
Zacarías 9:9, una exégesis ‘fanática’ del reino está excluida: Jesús no está
construyendo sobre la violencia; no está instigando una revuelta militar contra
Roma. Su poder es de otro tipo: es en la pobreza y la paz de Dios, que
identifica el único poder que puede redimir”, detalla el libro.
Los peregrinos reconocieron a Jesús como su rey mesiánico.
Benedicto XVI también señala que el hecho de que los
peregrinos coloquen sus mantos en el suelo para Jesús camine por encima también
“pertenece a la tradición de la realeza israelita (2 Reyes 9:13)”.
“Lo que hacen los discípulos es un gesto de entronización en
la tradición de la monarquía davídica (del Rey David) y apunta a la esperanza
mesiánica que surgió a partir de ésta”, indica el texto.
Los peregrinos, prosigue, “sacan ramas de los árboles y
gritan versos del Salmo 118, palabras de bendición de la liturgia de los
peregrinos de Israel que en sus labios se convierten en una proclamación
mesiánica: '¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito
sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!' (Mc
11: 9-10, ver Sal 118: 26)”.
“Hossana” es un grito de júbilo y una oración profética.
En el tiempo de Jesús esta palabra tenía matices mesiánicos.
En la aclamación de Hosanna se expresan las emociones de los peregrinos que
acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento
de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había
llegado.
Al mismo tiempo era una oración que indicaba que el reinado
davídico, y por lo tanto el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido.
La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la
misma que exigió su crucifixión.
En su libro, Benedicto XVI argumenta que en los tres
evangelios sinópticos, así como en San Juan, se deja claro que quienes
aplaudieron a Jesús en su entrada a Jerusalén no fueron sus habitantes, sino
las multitudes que lo acompañaban e ingresaron a la Ciudad Santa con él.
Este punto se hace más claramente en el relato de Mateo, en
el pasaje que sigue al Hosanna dirigido a Jesús: “Cuando entró en Jerusalén,
toda la ciudad se agitó diciendo: ¿Quién es este? Y las multitudes decían: Este
es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea” (Mt 21, 10-11).
Las personas habían oído hablar del profeta de Nazaret, pero
no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente allí no lo
conocía.
El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en
la liturgia
La Carta de Fiestas Pascuales dice lo siguiente en el
numeral 33:
“Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de
cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de
Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por
diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte
correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote".
En la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni
incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el
Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al
sacerdote. Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea
por entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la
preceden”.
Saludos!!!,
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